Esta vida está llena de vallas, y cada vez son mas altas, pero gracias a Dios, él siempre me tiende una mano para poder saltarlas.


sábado, 11 de septiembre de 2010

DIA DE PLAYA

Hacia tantos años que no me bañaba en el mar ni tomaba el sol en la playa, que ya ni me acordaba. Años y años perdiéndome algo tan maravilloso, relajante y que me hizo pasar una mañana inolvidable.

Mi marido odia la arena y mi hermana todavía está en proceso de ser ella, está mejor pero muy lento, así que se quedaron los dos en casa y mi hijo y yo cogimos el coche y en 10 minutos nos plantamos en la playa, con sombrilla, silla y demás.

Había gente, pero ya no es como en Julio y Agosto, nos pudimos reír lo indecible, pues parecíamos dos pueblerinos, catetos (vamos lo que somos, pues ahora vivo en un pueblo), pero que como si fuera la primera vez que pisábamos una playa. Lo primero había que poner la sombrilla y cuando nos da el ataque de la risa es imposible hacer nada, así que parecíamos dos tontos riéndonos de nosotros mismos ¿es que podíamos abrir la sombrilla?, yo no hacia mas que pensar en que toda la gente nos estaba mirando y solo sabia decir ¡pero si somos de aquí Daniel, parece como si fuera la primera vez que venimos!, Dios que vergüenza pasamos, pero lo que nos reímos no se paga con dinero.

Una vez instalados y como era casi en la orilla del mar mi hijo debajo de la sombrilla, encima de la toalla, boca abajo, a la sombra, cuan largo es, le dio por sacar arena con una mano, haciendo un hoyo hasta que dio con el agua. Yo sentada en mi silla, casi metida en el agua tomando el sol con una brisa súper agradable estaba de maravilla, pero de vez en cuando miraba a mi hijo, que con sus 18 años no paraba de hacer el hoyo mas grande, nos reímos lo que no está en los escritos. De vez en cuando le decía que lo dejara ya, que se iba a hundir todo, pero lo que mi hijo disfrutó ayer no se lo quita nadie, diciéndole también a voz en grito que el próximo día le iba a traer el cubo, la pala y el rastrillo..........buffff que jartá a reírnos.


Luego nos bañamos y como estoy acostumbrada al agua de la piscina, con el cloro y todo eso, pues el agua me pareció mas salada que nunca. Yo la verdad pensaba que a la media hora nos iríamos a casa, pero que vaaaaaaaaaa, si hubiera podido me hubiera quedado todo el día. Nadie sabe lo a gusto, tranquila, contenta que me sentía allí sentada frente al mar, haciéndome por dentro la pregunta de siempre ¿como es posible que el agua no se salga? y no hacia mas que pensar que daba pena tener una maravilla como es el mar y no disfrutarlo mas a menudo, ahora entiendo cuando la gente del interior vienen como locos a la playa.

La verdad es que fue un día inolvidable, madre e hijo nos bañamos, saltamos las olas y nos reímos un montón, llegué a casa pletorica, deseando volver hoy, si se puede claro y repetir esto mas a menudo, ¡a la vejez o madurez, pues como que me gusta la playa!.

Como anécdota os diré que por la tarde, y al ser la Presidenta de la Comunidad, vino un niño con una gran pala, que al parecer se había dejado el jardinero en el campito de fútbol y tenia peligro para los peques, así que la dejé en la entrada de mi casa. Cuando por la noche llegó mi hijo y la vio, casi me muero de la risa, porque me preguntó ¿y esa pala? y a mi no me salió otra cosa que decirle ¡es para la playa!, jajajajaja, no veáis la cara de mi hijo, era un poema, vamos que se lo creyó.

MORALEJA como diría mi querida Angelosa, "Nunca apreciamos lo que tenemos" y que verdad que es.

martes, 7 de septiembre de 2010

SE ACABO

Ya todo se acabó, estos días he ido firmando, arreglando papeles y todo lo que conlleva un despido. Ha sido como una película que durante 36 años he ido rodando, pero con un final trágico, horrible, desagradable, y para nada como yo me hubiera imaginado hace unos años. El único lazo de unión entre Jefe y Secretaria ya se ha roto, pero yo sigo sin creerme que él se ha marchado.

Tengo sentimientos contradictorios, rabia, rencor, impotencia, pero al mismo tiempo tengo mucha pena, y aunque suene raro lo echo de menos. El siempre en Septiembre, después de las vacaciones venia con ideas nuevas, ¡vamos a hacer esto y lo otro!, y en estos días me vienen un montón de recuerdos, han sido muchas horas, muchos años y habrá gente que no me entienda, pero yo amaba mi trabajo, yo también vivía cada caso, siempre me ha gustado el orden, que no estuviera ni una carpeta doblada, me ponía nerviosa que me tocaran mis cosas y cada vez que salía de su despacho me organizaba todo antes de ponerme a escribir lo que me había dictado durante horas.

Siempre se suele decir ¡pobre de la viuda y los hijos!, pues no es verdad, ellos siguen viviendo y van a poder disfrutar pero que muy bien. El único que pierde es el que se va, él no va a poder vivir su jubilación, tranquilo en su chalet, y gastando el dinero que con tanto esfuerzo y durante tantos años reunió.

Para mi se ha terminado uno de los grandes problemas que tenia, o ¿ahora tengo un problema mayor?, pues depende como se mire. Por un lado ya estoy mas tranquila, se que ya no voy a volver mas a mi trabajo, a ver la cara del que tanto daño me ha hecho (su hijo y familia), pero ahora estaré dos años en el paro, cobrando una miseria ¿y después que?, bueno Dios dirá y hará lo que mejor le parezca y hablando un poco en positivo ¡de peores he salido!.

Estos días me he ido enterando mas cosas sobre su enfermedad, las ganas que le echó para superarla.......... pero al final se ha marchado. Se que voy a estar durante mucho tiempo recordándolo, porque sigo sin creerme todo lo que ha pasado, pero voy a tratar de pensar en él como lo que fue, discreto, respetuoso y que en los momentos malos me ha ayudado siempre.

Adiós Don Rafael, espero que encuentre la paz que se merece.