Ya han pasado 6 meses o medio año, como queráis verlo.
La verdad es que tenia poca confianza en que esto fuera a bien o
por lo menos regular, pero amargamente os
digo que la figura que he escogido del Google, es como tengo ahora mismo mi
corazón, ajado.
A día de hoy solo os puedo decir que mi hijo, ese que adoraba tanto,
que lo amaba, que me enorgullecía por ser mi hijo, ya no es él. No se quien tiene
la culpa de su cambio, ni yo se la voy a echar a nadie, solo puedo decir que ahora "no reconozco a mi
hijo", no me habla.
Es tan grande el dolor que tengo, que avergonzada os diré que he tenido
malos pensamientos, con tal de que me desapareciera este dolor. ¿Llorar? no se
como tenemos el lagrimal tan lleno, porque yo siempre he dicho que de todo lo
pasado, que no es poco, mientras no me tocasen lo que yo mas quería, lo
sobrellevaría, pero esta vez no tengo ni armas ni ganas de luchar. La palabra
"triste" se queda corta. Y ya no os digo como está mi marido. Lo siento.